Jamás debimos volver

'Jamás debimos volver' es mi primera novela:
Fuente: Tandaia.com
 
Sinopsis
¿Puede una obsesión por volver junto a una persona alejarte de todos tus seres queridos? ¿Hasta qué punto nuestras acciones pueden convertirse en nuestra ruina moral y personal? ¿Pueden los medios influir tanto sobre el mundo como para destruir a alguien? Estas son algunas de las cuestiones que llegan a plantearse en ‘Jamás debimos volver’, una novela que, bajo la apariencia de simple historia de gangster, secuestros, asesinatos y condenados, posee un trasfondo psicológico que nos hace cuestionarnos hasta qué punto la obsesión por una persona y su bienestar puede llevar a alejarnos de nuestros familiares y amigos, haciéndonos permanecer solos en este mundo y llevándonos al límite de nuestras capacidades. ¿Realmente merece la pena perderlo todo a cambio de una persona? ¿Incluso si no tienes la certeza de llegar a volver a verla algún día?
A través de la búsqueda de Mishelle, la novia raptada del protagonista quien decide salir a buscarla tras ser acusado y vejado públicamente para lavar su imagen, encontramos varias cuestiones morales que nos harán plantearnos si realmente esta sociedad que estamos criando merece la pena, la historia ahonda en cuestiones como las relaciones paterno-filiales, la amistad, el amor, la confianza, los remordimientos y la soledad. Siempre tratados desde un punto de vista personal dentro del prisma de Juanjo quien nos narra todos los hechos en primera persona, se cuenta una historia que tienen como tema central la  obsesión por el amor hacia Mishelle y las distintas formas de hacer frente a los conflictos que se nos plantean.
A lo largo de cada una de las páginas se encuentra su debate sobre el bien y el mal o las consecuencias de los actos, acompañado y aconsejado por personalidades bien dispares. Esos compañeros representan las manifestaciones físicas de los deseos que mueven emociones como la frustración o la venganza. El que llegue a reencontrarse con su pareja supone el pagar el precio de arriesgarse a perderlo todo, incluso a ella, viéndose envuelto en varios caminos convertidos en dudas, aunque no siempre depararán lo que uno espera. Durante ese largo trayecto deberá no solo enfrentarse a los peligros que le depara el destino, sino a sus miedos más profundos que le impiden ver más allá, como la frustración por sus fracasos o a la soledad.

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